La harina de coco está ganando popularidad, pero no solo porque sea una moda. Desde un punto de vista nutricional y funcional, es una de las harinas más especiales que existen hoy en día. Aquí te contamos qué la hace diferente y cómo puede apoyar una dieta más saludable.
¿Cómo se hace la harina de coco?
La harina de coco se elabora con la pulpa que queda después de extraer la leche de coco. Esta pulpa se seca a bajas temperaturas y luego se muele finamente. ¿El resultado? Una harina suave y seca que es naturalmente libre de gluten, baja en carbohidratos y alta en fibra.
Usar esta pulpa sobrante también es un gran ejemplo de prácticas alimenticias sostenibles, ya que ayuda a reducir el desperdicio en el procesamiento del coco.
¿Por qué te encantará?
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Fibra que ayuda a tu digestión: Solo 2 cucharadas tienen más fibra que la avena o la harina integral, lo que te mantiene satisfecho por más tiempo y ayuda a controlar tu azúcar en sangre.
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Baja en carbohidratos: Naturalmente baja en carbohidratos, la harina de coco es perfecta para dietas keto, paleo y bajas en carbohidratos. Aporta buena textura y sabor sin causar picos de azúcar.
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Dulzura natural: Su sabor suave y dulce te permite usar menos azúcar en tus recetas.
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Proteína vegetal: Aporta proteína que apoya tus músculos y energía diaria.
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Nutrientes esenciales: Contiene hierro, potasio y grasas saludables (MCT), que tu cuerpo usa rápido como energía para tu cerebro y metabolismo.
Además, nuestra harina de coco está certificada USDA Organic, Non-GMO, Paleo, Keto y Kosher, para que tengas la confianza de un producto de alta calidad.
Dato curioso: Los MCT de la harina de coco se convierten rápidamente en energía, apoyando la salud cerebral y el metabolismo.
Fuentes: